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Archivos de septiembre, 2011

El A, B, C del aviso efectivo. Última Parte.

sábado, septiembre 10, 2011
publicado por pedrob

Con la última entrega  insistí… CO*MU*NI*QUE, antes que, con exagerados bríos,  pretenda hacer un aviso vistoso, con buena tipografía y lindas fotos y… etcétera, etcétera, etcétera. (Como dirían por el Río de la Plata, «pura pinta».)

Déjeme hacerle un breve resumen de lo narrado hasta aquí, para reforzar este A, B, C del aviso efectivo.  Si no es mucho pedir, MEMORÍCELO. (Aproveche este consejo. A mi me costó aprenderlo en muchos años, cometiendo errores sólo por ignorancia, y tratar de dar en el gusto a algunos clientes.)

I. Primero que nada, olvídese de ideas preconcebidas, como seguir una moda, lo que es frecuente:  un aviso fuerte, gran tamaño, tipografía moderna, fotos lindas. ¡Patillas! Los modelos mentales, échelos a la papelera.  Lo que tiene que hacer es… CO*MU*NI*CAR. Lo dije antes.  Y se lo explico.

II. Comience con «A» y descubra ese robusto beneficio  —Ventaja Exclusiva— que persigue su público. Éste es un hecho concreto y cierto. El publicista lo descubrirá siempre que  converse a fondo con la gente .  Tiene que pillar aquello de…¡¿Qué onda!?,  ¿dónde y cómo está la gente en relación con el producto/servicio que se le está ofreciendo mediante un aviso gráfico?   (Aquí comienza la batalla entre un AvisoBueno con otro Malo.)  Esto es sensible, que  capté practicando la «Curiosiación»  (Curiosidad + Investigación).  Interpretemos  a la juventud cuando le escuchamos: «¿Qué onda?», durante un encuentro.  Esta expresión viene más de la «sensitividad», o sea, la habilidad del organismo, o parte del organismo, de reaccionar frente a un estímulo, y no de la simple  presencia de un anuncio, producto de una investigación. Una analogía: es muy diferente tocar el timbre de su casa, usted sale y le pregunto si conoce, o no, una marca, y si la compraría, y por qué, y cuando cree que lo haría. Sus respuestas variarían si conversamos  en el ambiente de un supermercado. o en el instante mismo que usted estira su brazo para tomar ese frasco, mi competencia,  ¡horror!, ignorando lo que estoy anunciando. La sensitividad podría estar ausente.

III. La «B» (ojo con ésto) es el hallazgo instantáneo de la Ventaja Exclusiva que nos provoca y estimula, construyendo una razón para detenernos.  Ninguno de nosotros, lo aseguro, se resiste a no curiosear si aquel hallazgo  logra cambiar  algo en nosotros, aunque sólo fuera aquel «agradable sabor en la boca que filtrará nuestro aliento, y nos hará sentir más seguros y confiados a la hora de acercarnos a esa persona querida», como diría el anuncio. ¿O no?

IV. Finalmente, «C» le permite hacer  del beneficio la proposición más fácil de entender. Muchos consideran esta parte la más difícil. Para mi no lo es. Ponga toda su sabiduría en la A y B. La C es puro arte, diseño, buen gusto y otorgárselo, como diría un moderno y profesional director de arte. Eso sí, no descuide ni olvide al receptor, mujer, hombre o niño. Hay diferente arte para cada uno de ellos. Tanto en Diseño  como en Literatura. Ninguno es menor. Y atrévase.

Estimado Lector. No debo ni es mi propósito abusar de su atención y tiempo.

Baltasar Gracíán (en la foto), autor de El Oráculo, novela tan importante como El Quijote,  ya lo dijo «Cuando Bueno Breve, Dos Veces Bueno.»

Ojala esta pretensión mía, humilde y modesta,  se haya cumplido. Con mucho gusto contestaré cualquier inquietud sobre  el  A, B, y C  del Aviso Efectivo.

Hasta mi próxima entrega. ¡Suerte!