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Qué Es La Creatividad

lunes, agosto 16, 2010
publicado por pedro

Jorge Luis Borges, cuando le preguntaron: ¿Qué es el Tiempo?, contestó, “Sé lo que es el Tiempo, pero cuando me preguntan…no lo sé.”

A Rex Jung, científico investigador de la Red de Investigación de la Mente de Albuquerque, EE.UU. dijo una vez, “La creatividad es un poco como la pornografía, se la reconoce al verla”.

La Creatividad está de moda a todo nivel. Lo destaca el famoso psicólogo Abraham Maslow en La Personalidad Creadora, pasando por el doctor Edward De Bono en su libro El Pensamiento Lateral.

Jóvenes publicistas autocritican severamente su propia producción. Desde las agencias de publicidad y ejecutivos de marketing, siguiendo por empresarios que exigen a sus ingenieros soluciones diferentes,  miran a la creatividad como otra frivolidad de la empresa moderna. Y los estudiantes de publicidad, sorprendidos, miran y escuchan, sin entender mucho.

Parece que esta “dama de la publicidad”, que a tantos seduce, desearía  ser conquistada por jóvenes y maduros, y es esto lo que cuesta.

Y para ser honesto, también me demandó mucha lectura y conversaciones con colegas muy creativos, tratando de hallar alguna hebra que me señalara un comienzo claro y, sobre todo, de alguna ayuda para el lector de esta nota.

Ojalá que lo que sigue, con algunas actualizaciones, fue reproducido por  “Publimark” en setiembre de 1990, con el mismo título, pueda servir para ordenar algunas etapas al momento de iniciar una creación, ya sea publicitaria o para otra actividad.  De algunas lecturas me llamó la atención un trabajo que invitaba a “comprender” a la Creatividad, y atacaba a tres mitos, que alguna vez me provocaron algunos comentarios equivocados.

Mito Nº 1: La creatividad decrece con la edad.

Mito Nº 2: La creatividad está ligada con la inteligencia.

Mito Nº 3: Los muchachos creativos son medio locos.

Lo que me tranquilizó bastante, con toda sinceridad, es el primer mito, y a algo más en que muchos coincidieron: en cada uno de nosotros hay un grado de creatividad. En otras palabras, no hay gente normal sin una pizca de creatividad.

Ahora le propondré un breve ejercicio, para tratar que evalúe usted mismo su “Coeficiente Creativo”, aunque los expertos sostienen que este CC no existe. Antes debo aclarar que, de a cuerdo a mis lecturas, no estudios especiales,  y según un profesor de neurociencia cognitiva del Instituto de Tecnología de Massachussets [MIT], el doctor John Gabrieli, advierte que siempre hay una brecha entre lo que sucede en el laboratorio y el mundo real, al afirmar que: “Parecería que ser creativo es algo para lo cual no tenemos ningún test”, The New York Times, Mayo, 2010.

Entonces, haga el siguiente ejercicio y evalúese.

1. ¿Tiene usted alguna sensibilidad por la gente, por los hechos y problemas? En otras palabras, ¿puede usted “leer” a la gente y entender qué hace que reaccione o se inquiete?
2. ¿Tiene usted un vocabulario abundante? Los creativos pueden utilizar su lenguaje tan fácilmente como hacen los deportistas con sus músculos.
3. ¿Tiene usted un sentido del humor? Algunas veces el humor creativo no está, o es poco gracioso.
4. ¿Tiene usted suficiente energía? Los creativos tienden a ser hiperactivos sociales.
5.  ¿Es usted impaciente? Los creativos suelen trabajar en cuatro proyectos simultáneamente, y leen tres novelas casi al mismo tiempo.
6. ¿Tiene usted una imaginación espontánea? ¿Exagerada? Los individuos creativos encuentran que la verdad aburre y que la exageración entretiene y provoca.
7. ¿Tuvo usted de niño compañía imaginativa? La personalidad creativa prefiere la compañía ilusoria porque es más fácil entenderse.
8. ¿Es usted independiente e inconformista? En otras palabras, ¿le recuerdan sus amistades que “usted es diferente”?
9. ¿Es usted desinhibido en sus pensamientos, sentimientos y fantasías?
10. ¿Le gusta el desorden, las contradicciones y el desequilibrio?
La gente creativa se mueve en esta atmósfera.

POR CADA SÍ, UN PUNTO. MÁS CERCA DE 10, MÁS CERCA DEL ESTEREOTIPO CREATIVO.

En general, la gente no entiende lo que es la creatividad. Como resultado, están aquellos mitos que la rodean. Muchos comentan que la creatividad disminuye con la edad. Falso.

Miguel Ángel comenzó su trabajo en la Basílica de San Pedro a los setenta. Benjamín Franklin fue nombrado Jefe del Estado de Pennsylvania a los setenta y nueve. Nicanor Parra sigue haciendo poesía. Goethe escribió “Fausto” a los ochenta y dos años. Verdi compuso “Otelo” a los setenta y dos. “La pequeña casa en la pradera” terminó de escribirse a los setenta por Laura Ingalls Wilde y su primer libro fue publicado cuando cumplía setenta y cinco. La famosa película “Los Diez Mandamientos” se rodó a los setenta y cinco años por Cecil B. de Mille.

Dependiendo de la actividad, a ciertas edades hay “peacks” en el desempeño creativo. Entre los veinte y treinta años, los atletas tienen un alto desarrollo creativo en esfuerzos físicos.
Los matemáticos pueden encontrar sus máximos a los treinta.
También algunos compositores, directores de cine, actores y algunos atletas en deportes de poca exigencia muscular, como el golf. Los escritores tienden a dar lo mejor de su ficción a los cuarenta, como los arquitectos. El liderazgo militar se consigue en los sesenta y setenta. Las personalidades de la Corte Suprema y líderes religiosos tienden a emerger en los setenta.

En lo personal creo que el individuo en los ochenta y más tiene el inalienable derecho de crear algo sin el permiso de nadie.

El otro mito ampliamente difundido, es el de la inteligencia y su relación con la creatividad. Algunas veces, no siempre, van juntas. Las personas muy inteligentes no garantizan creatividad. Según especialistas, y por regla general,  sólo una moderada inteligencia es necesaria para desarrollar alguna creación, especialmente en arte y música.
Sobre un cierto CI [generalmente 120] parece que la inteligencia, según algunas lecturas,  no tiene nada que ver con la creatividad.

El otro mito es que los “creativos son unos locos”. Verdadero en parte. A veces, personas creativas dan la impresión de una falta de balance psicológico. Como regla general esas personalidades pueden tener un conocimiento personal amplio y nutrido de su propio comportamiento. Pueden ser más permisivas y, al mismo tiempo, más cultas, más destructivas o constructivas, más furiosas; sin embargo, más sanos que una persona normal.

Entonces, ¿qué es la creatividad? Algunas consultas a  sicólogos concluyen que no lo saben. Pareciera ser una actitud bajo un pensamiento excepcionalmente flexible y fluido. Sin embargo, hoy por hoy, se podría concluir que los sicólogos están más pendientes de factores que limitan la creatividad. Las barreras emocionales tienden a hacer menos creativas a las personas. Son inhibiciones y temores que nos hacen aparecer tontos. El miedo al error, junto a una excesiva dosis de autocrítica, nos hace dramáticamente menos productivos. Esto lo saben muy, pero muy bien  Steven Jobs de Apple y Bill Gates de Microsoft, los garúes del libre pensamiento lateral y creativo.

Otro “killer” son  las barreras culturales que coartan las diferentes actitudes y producciones creativas. Se oye comentarios de mucha gente que este juego de la creación sería una presencia infantil exagerada.

No es así; individuos creativos tienen una idiosincrasia juguetona, es verdad. Y así debe ser. ¿Cómo? Pues tome nota, es la clave: comprender una situación de un modo no obvio. Es la capacidad de reestructurar la propia comprensión.

Señalan los profesionales consultados que si usted es de aquellos que cree que sólo la razón, la lógica y los números son buenos, y los sentimientos, la intuición, placeres y humor, son, si no malos, cuestionables, entonces…usted es menos creativo que sus pares.

Luego están las barreras eruditas, a los que los psicólogos llaman “fijación funcional”.  Cuando proponga hacer algo nuevo de otra manera, le dicen inmediatamente, “no podemos hacerlo de esa manera”. Más aún, no le darán ninguna razón. Muchos pensadores creativos, también sicólogos que tratan el tema, están de acuerdo en las sucesivas etapas del pensamiento creativo. Estas etapas se manifestaron a través de entrevistas a individuos claramente creativos, revisando sus planes de ataque a tareas de búsqueda de soluciones a problemas.

Los abordados para descubrir por dónde comienzan, explicaron que la Orientación es el primer paso necesario para definir aquel problema, identificando sus dimensiones. La segunda etapa es la  Sobresaturación, para completar su bodega informativa con datos precisos relacionados con el problema central.

Hasta aquí no se trata de solucionar nada; no hay creatividad.

Pasamos a la Incubación. En este punto los creativos “se permiten” que el subconsciente trabaje a su favor. Dejan en la trastienda el problema. Se distraen, por eso a veces usted los ve con las piernas sobre el escritorio, haciendo bromas. Hablan de otra cosa, o se van al cine. Hacen de todo, menos preocuparse del problema. Y funciona.
La Iluminación llega inevitablemente. Y no es extraordinario para los pensadores manifestarse con una rápida intuición: “ahá”  se les  iluminó la ampolleta.
Se llega a la Comprobación. Es la hora de la verdad, pues se trata de testear si esa idea solucionaría el problema.

Hay una pregunta que muchos nos hemos hecho: “¿Por qué no hay más gente creativa?” Podría haber más de una respuesta. La que más se acepta, por clara y ajustada, es que la creatividad da mucho trabajo y algunas mentes creativas son flojas. [Personalmente lo he comprobado.] Alguien lo puso irónica y sarcásticamente así: “La creatividad es algo grande y hermoso; pero la copia es más ágil”.

Mucha gente no se da el gusto de gastar energías; como resultado se ven cosas muy pobres. Basta echar un vistazo, con ojo crítico, no conformista, a la prensa diaria, a la televisión, o leer una carta promocional.

La creatividad es una actividad profesional rentada, realizada por humanos, que combina intuición, entusiasmo, cultura, curiosidad, libertad, humor, flexibilidad, un poco de inteligencia, iniciativa y mucho trabajo. Si se atreve, lo va a pasar bien.



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